Granizal,tradición educativa
Autor: Juan Jose Valencia García
7 de Marzo de 2012
El primer caserío del barrio Granizal, ubicado en la empinada ladera
de la Comuna 1, se llamó curiosamente El Plano. Es un espacio de menos
de una cuadra de largo que corta la verticalidad de la montaña, en el
que se asentaron, arriba del barrio Santa Cruz, treinta familias
invasoras en 1964. Así nació el barrio.
El único privilegio al que tenían acceso los habitantes de El
Plano en esa época era la educación. En el barrio más alto que tenía
Medellín en la zona nororiental en la década de los 60, funcionaba la
Escuela Cámara Júnior, donada por la entidad con el mismo nombre y que
tenía apenas tres aulas de clase.
Con el crecimiento del barrio, que desarrolló su segunda etapa
hasta la carrera 36B, aparecieron también nuevas ofertas educativas. En
esa vía se construyó, con inversión de voluntarios alemanes, la iglesia
Nuestra Señora de la Macarena. Diagonal al templo se levantó la
Institución Educativa María Cano.
La tradición educativa del barrio, uno de los orgullos de esa
comunidad, inició con la Escuela Cámara Júnior y se expandió con el
Colegio María Cano, pero en el sector además se construyó durante el
gobierno de Ernesto Samper Pizano el Centro de Recursos Educativos,
Cren, uno de los cinco que entregó el Gobierno Nacional a la ciudad y
que ahora está integrado al María Cano. El barrio cuenta además con la
eEscuela Fe y Alegría, pero sus méritos en desarrollo educativo no
terminan ahí.
Delio Urrego, habitante del barrio, asegura que en 2002 el
Popular Uno fue la primera comuna que propuso destinar recursos del
presupuesto participativo para que los jóvenes de ese sector tuvieran
acceso a educación superior. Un proyecto que después se implementó en el
resto de la ciudad, pero que ha representado dificultades para que los
estudiantes beneficiados retribuyan esa ayuda con trabajo comunitario,
asegura el hombre que vive hace más de tres décadas en el barrio.
“En el último año, trece estudiantes del María Cano entraron a
universidades públicas de la ciudad, que es muy difícil. Además, con
presupuesto participativo y Fondo EPM tenemos a 434 estudiando en la
universidad que eligieron y a 600 más en tecnológicos de la ciudad”,
cuenta con orgullo Urrego. En los últimos años se han graduado más de
mil profesionales en Granizal, con los que están estudiando pronto serán
más de 2.000, un orgullo que nada les quitará.
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